Una plaza de toros es un lugar muy desagradable, incluso cuando se trata de ir a un concierto. El olor de la orina de los caballos escuece en la pituitaria mientras, a capricho del artista, los fotógrafos acreditados han de entrar y salir una y otra vez del foso (de leones). Unas mujeres de cerca de treinta años confesaban, en la primera fila, llevar
más de dos horas aplastadas contra la valla, y dos de ellas habían seguido al cantante a lo largo de toda la gira (más de dieciocho conciertos, hasta ese día), y planeaban
continuar. Un encargo de
MTV.es me llevó hasta allí la semana pasada:
Alejandro Sanz en las Ventas, el pasado 12 de septiembre,
fue visto y contado así en el portal del canal musical. Fotografía y crónica por la suscribiente.
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