lunes, 19 de mayo de 2008

Niño desnudo

Cuando George Tasie nació, estaba desnudo. Ninguna cosa anormal en aquel nacimiento, salvo que el niño nació absolutamente desnudo. Porque siempre traen en sí cosas pegadas: las querellas de sus familias, las esperanzas de sus padres originadas por su propia llegada, el colorido de la estación que los recibe o las sonatas que sus madres les tocaron al piano mientras pasaban de cigoto a embrión, de embrión a feto. George Tasie no se trajo nada de eso al mundo. No se trajo nada de nada.
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Tres circunstancias: Este relato no estaba previsto, pero igual entra a formar parte de "el plan". Satie es, no mi músico de cabecera, mi inspiración a todas horas desde hace semanas. Deseaba escribir un "cuento antiguo" y está saliendo. Con toda su antigüedad, que podría decirse especie de solemnidad, aire de fábula, alegoría sin trasfondo alegórico.

martes, 13 de mayo de 2008

Tropiezos

No tengo ni idea de cuánto vale un billete de autobús, y mucho menos uno de avión. Pero después tocaría volver. ¿Qué destino posible hay para un pajarraco tan defectuoso? ¿Revisan en los aeropuertos la consistencia del viajero tanto como sus intenciones violentas? A mí me tocan los sobacos y me descojono. Pero lo visualicé, sólo por un fugaz instante, me imaginé abriendo los brazos ante una simpática agente de seguridad en el control del aeropuerto, un aparato largo como mi consolador haciendo un recorrido preciso del contorno extasiado, firmemente enamorado en ese fugaz instante, de mi cuerpo, mi desformateado cuerpo.

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Historial de defectos, ahora, se llama Anabel. Y es que una nunca puede estar segura.

domingo, 11 de mayo de 2008

Tengo un plan

Monstruos: dieciocho cuentos de horror cósmico cotidiano

01 HISTORIAL DE DEFECTOS (11)

02 LA INFAME (18)

03 ROMA È PERSA (10)

04 MONSTRUOS QUE YO HE VISTO (10)

05 LA HERMANITA CALVA DE DEBORAH RAMOS (20)

06 Formato familiar

07 Humo

08 Conversaciones (ciclo)
I
II
III

09 Del brazo de la locura

10 El club de los inocentes

11 Indalecio (el manager)

12 El don de la transparencia

13 Bebé (necesito un título para el relato epistolar del violinista y el compositor)

14 Crustáceos de ojos sésiles

15 EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA (14)

16 (Debería dedicar un cuento al monstruo de Amstetten, sin hablar de él)

17 ...

18 ... ...

En mayúsculas, aquellos que he escrito o estoy escribiendo, y no hay ninguno terminado, porque a todo lo estoy sometiendo a un nuevo proceso. Los demás, son meros títulos, flecos de los que crear la historia. Yo sé qué contendrán, lo que no sé es cómo. Y tienen que ser dieciocho.

sábado, 3 de mayo de 2008

Roma è persa

Uno toma desviaciones impensadas en determinadas encrucijadas. Uno cree tener, al principio, un par de alternativas, para descubrir sin proponérselo un sendero oculto entre el barullo de la existencia. Mi abuelo, a los setenta y un años, viudo después de cuarenta y dos de matrimonio, se subió a un barco sin conocer su destino. Aún le están buscando. Mi desviación fue otra cosa. Quedarme en mi sitio, tratar de retener las cenizas para crear una criatura nueva. Fabricar un nosferatu del amor que algún día nos dijimos que nos teníamos. En verdad que lo amaba, o había un espejismo de lo más realista de amor entre nosotros. A ver, qué sucedió entonces. Ya no sabré ir en pos de la verdad. Me agusané. Voy hacia el fondo, ahí donde yace mi miedo, donde quizá encuentre los motivos y ya será demasiado tarde. Infinitamente, cocinada en miedo, si me cuajé fue porque nadie apagó el horno a tiempo. Cuando desperté de la pesadilla de los bostezos, me aferré a la tarea de amarle, pero sólo podía amar mi propio tedio. Por eso un viaje, a priori, se me antojaba la última tontería.

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En proceso. Roma è persa. Relato para Monstruos.