viernes, 11 de junio de 2010

Una soberana estupidez

Una soberana estupidez es escribir (y publicar) sobre algo donde la opinión mayoritaria es tan mayoritaria, particularmente cuando mi opinión es justamente la otra, la que no tiene importancia ninguna.

Una soberana estupidez es criticar un acontecimiento (¿deportivo?) como el Mundial de Fútbol.

Una soberana estupidez es abanderar al equipo nacional, de repente todos tan patrióticos, cuando los esquemas nacionales nos importan aquí (diversidad, regiones, lenguas, afanes de independencia) tan poco.

Una soberana estupidez es la que inviste de pronto a todos los hombres del país, que algunos incluso nos llegan a gritar desde sus tribunas de gurús blogueros que en este mes y medio no nos quieren oir hablar (a las mujeres, sean como sean).

Una soberana estupidez es la de las mujeres que intentarán acoplarse a la fiesta, más que sea aparentando que lo pasamos bien viendo por una vez el fútbol, a escala multinacional que mola más, donde lo entendemos un poco mejor, y disfrutando con las piernas y culos (para esto, mejor el waterpolo).

Una soberana estupidez es la de la épica del fútbol, la que intenta hacerme pasar por contemporáneos gladiadores a los jugadores: aquellos morían, estos se llevan primas millonarias. Y otra soberana estupidez es idiotizarse por estas seis semanas, hartarse de pizzas y cervezas, abandonarse al carpe diem como si realmente de esto alguno de nosotros pobres mortales fuese a sacar algo. Que ustedes disfruten el Mundial.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mi sudor, no el ajeno; mi música, no el ruido de los demás; no tengo tele pero sí mi vecino -africano para más señas-, no sé hacer nada con un balón, y vivo al lado de la fuente donde vendrán a bañarse los gilipollas rojigualdas.
Feliz verano, verano feliz...a todas.

Luis Manuel Ruiz dijo...

Suscribo todos tus puntos y todas tus comas.

Otto dijo...

Clap clap clap clap clap!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Miguel Ángel Maya dijo...

...Ay, prima, siempre estamos con lo mismo. ¿Por qué con otras cosas es tan fácil y con el fútbol es tan difícil ver que el hecho de que sea masivo no lo convierte en unívoco?...
...Hay tantas, pero tantas razones para seguir un mundial de fútbol, como individuos que lo siguen...
...Tendemos a complejizarlo todo, a matizar, buscar e incluso encontrar matices en todo, pero, curiosamente, cuando se trata de fútbol enseguida recurrimos a la brocha gorda, a la caricatura, al trazo grueso o a la manida guerra de sexos donde el hombre es un ser que se rasca los huevos con una cerveza frente a la pantalla del televisor y la mujer es un sufrido ser que sigue el ritmo del rascamiento de huevos o los eructos del susodicho bicho peludo, perdiendo de vista que el fútbol es una batalla de noventa minutos y, como tal, más allá de los "gilipollas rojigualdas", Manolo el del Bombo o las amebas testosterónicas de barra de bar apelando a los cojones peludos, como batalla que es, digo, se presta a la más elaborada de las matizaciones o al rumiar más exquisito: el relato, la crónica, la narración y las metáforas...
...No sé si soy patriota, no creo, o sí, pero si lo soy es en un sentido muy distinto al de defender el terruño donde uno ha nacido casualmente. El hecho es que si miro a los equipos que quiero que ganen el mundial si reconozco los países de los que elegí ser, incluido ése en el que nací, que ganó una eurocopa jugando al fútbol como nadie. También están, como digo, razones mucho más complejas, metáforas, o inclinaciones estéticas para ser uno más difuminado entre la masa que espera un acontecimiento deportivo que gira en torno a una batalla donde un objeto de forma esférica tiene que traspasar una línea...
...El modo que cada contendiente tiene de lograr ese propósito es lo que a mí me parece maravilloso. Qué le vamos a hacer, soy pura chusma mundialista: me quedo sin palabras y contengo la respiración cuando Messi tiene el balón en los pies y sé que va a inventar algo, algo que mis pupilas nunca habían visto hasta ese momento...
...Un abrazo a todos...