domingo, 24 de enero de 2010

Nantes

La de anoche fue una noche rara. La comencé dando por terminadas algunas de las entregas de la semana. Decidí buscar inspiración en la noche, dentro de la pantalla del ordenador. Dejarme iluminar por descubrimientos remotos. Recortar los cables de las obligaciones, abrir todas las velas.

Preparé la entrada anterior (Caritas) al tiempo que miraba lo que iban dejando caer mis followeados en twitter y buscaba algún hilo inspirador entre mis amigos de last. Así, llegué casi a la vez a este enlace y a esta canción. Puse una cosa junto a la otra y fue como si el frasco de nitroglicerina cayese contra el suelo de mármol.

Me pasé llorando hasta las tres de la mañana, y escuché la canción quizá treinta veces. Cantando entre lágrimas hace tanto tanto tiempo que no te veo sonreir.... Ésa y otras muchas de Beirut.

Había pasado por alto este disco en su día y llegué de nuevo, en el día preciso en que la voz de Zach Condon me convocaba sentimientos de tragedia que no tenían que ver conmigo.

Ha pasado un día entero desde el ataque de obsesión y, ahora, racionalizando un poco, compruebo que esa cualidad pastosa de su voz me recuerdo de lejos a Shane McGowan (que siempre cantaba como si estuviese borracho, o es que realmente lo estaba), que el grupo se enreda en nostalgias que hablan de México, de Oriente Medio y de Europa del Este, de todo a la vez, con mucha cara dura, sin ni uno solo de los acomplejamientos que en este asunto del mestizaje musical aguarda a muchos músicos; desfiguran melodías, desafinan conscientemente, y de paso te tensan las cuerdas del corazón y tocan con ellas violines con cierto aliento dionisiaco: "cuando nosotros acabemos de tocar, se acaba el mundo", parecía escucharles gritar desde sus canciones anoche.

Y Haití.

No me extraña que Beirut haya enamorado también a Vincent Moon. Nantes es la canción que estaba esperando encontrar para volverme a enamorar. De alguna forma, anoche, dejé de sentir el odioso egoísmo que me acosa en estos tiempos. Regresé a cierta cándida alegría, a pesar de las lágrimas.

Y Vincent recreó mi obsesión, como él solo sabe hacer.

7 comentarios:

Miguel Ángel Maya dijo...

...Como siempre, miss Carolink, deliciosa entrada, deliciosa música, deliciosa búsqueda hasta las 3 de la mañana...
...Ahora suena la canción, que ya conocía, y también la veo con otros ojos (o la oigo con otros oidos)...
...Es lo que tiene descubrir sedimentos nuevos en la tierra que uno ya conoce. Hay quien a eso lo llama alma. A mí no me convence ese nombre, pero no tengo nada mejor que ofrecer...
...Un emocionado abrazo, Miss Carolink...

Carolink dijo...

Como siempre, mister Maya, un honor su constancia, su asomarse a mi ventanuco, sus conversaciones de sábado tarde. A ver cuándo nos hacemos una con música y cervezas.

Darthz dijo...

Qué bonito.

Un placer encontrarte y toparme con todo esto. Y la música.

Y haber conocido "¿Quieres hacer el favor de leer?", otro bonito programa que añado a la lista de podcasts.

Carolink dijo...

Me alegro de que te guste el programa. Lo hacemos con cariño. Gracias por pasarte.

Otto dijo...

temazo, Carolink, y después de pasarse a ver a howe gelb destrozando a johnny cash en el apolo, pues uno llega a casa y escucha esto y se reconforta. zencs.

Carolink dijo...

Es otra de esas canciones donde me quiero ir a vivir. Beso, Otto.

Carolink dijo...

Pero es que hay OTRA versión de Nantes en la Blogothèque! http://www.youtube.com/watch?v=jc3ZAs17uAg