lunes, 30 de julio de 2007

Amy Winehouse (crónica)

Su voz es tan grande como su timidez. El potencial de esta menuda mujer es tan rotundo como la certeza de que aún le queda mucho por aprender. Al menos, en lo que toca a conducir una actuación y comunicarse con su público. Un público, todo sea dicho, que la ama. La hemos recibido efusivamente, pero no sabemos si le hemos hecho sentirse bien del todo, en todo momento. Abajo, una masa de incondicionales desbordaba los límites de la carpa, esperando con ansiedad la puesta de largo de la cantante, por primera vez en España; arriba, un grupo de selectos seguidores -The Hives y The Pipettes entre sus fans. Amy ha salido a nuestro encuentro cautelosa, solicitando instrucciones con la mirada, aquiescencia para acometer las canciones, llevando los ojos continuamente al suelo. No ha empezado a desmadejar un poco su voz (parecía querer ceñirse estrictamente al guión, como si fuésemos a castigarla por improvisar encima del molde de lo conocido) hasta "Back to Black", y la vimos algo incómoda, al menos, durante un buen rato. La primera sonrisa abierta llegó con "Cupid" (el clásico de los sesenta). Para cuando acometió "Me & Mr Jones", por suerte, la cantante se creció un par de palmos por encima de su enorme peinado. Sonó hermosa, juguetona y cálida. Y a partir de la segunda mitad, se relajó, todos comenzamos a disfrutar felices y por fin el repertorio pareció querer brotar de sus labios con seguridad y confianza: "I Am No Good" elevó los corazones, "Wake Up Alone" puso la carne de gallina. Aún así, en ciertos momentos, Amy parecía querer salir huyendo, a esconderse tras las espaldas de uno de esos cantantes-bailarines que la secundaban. Pero me he hecho una promesa: hoy no habrá quejas, sólo una petición a futuro. Queremos a Miss Winehouse tal como es, con sus contradicciones, sus turbiedades y su voz poderosa, rota y palpitante. La queremos aquí en FIBs venideros, para verla volar por la estratosfera de las divas, cuando por fin quiera dejarnos verla volar.

Mejor momento: los excelentes músicos que la acompañaron, creando en el Escenario Fiberfib.com el auténtico ambiente propio de un show soul de los sesenta.

Publicado en FIBER Lunes 23 de Julio de 2007. La crónica que aparece en el Fiber online es algo distinta, porque tuvimos que modificarla sobre la maqueta.