domingo, 12 de julio de 2009

Cortázar, quien no sabe encontrar no es cronopio


Hace pocos días, hallé en la basura unas cuantas postales de mensajes caducados y un plano del metro de París, del año 62. Quien decidió tirar los recuerdos del viaje de novios de la abuelita -al contenedor de reciclaje- era evidentemente un fama y no podía ni imaginar el asombro dibujado en mi cara ante tamaño encuentro. Silvia Monrós-Stajaković contactó en 1980 con el autor de “Rayuela” con motivo del contrato para su traducción al serbio, y en ese punto se estableció una rara amistad epistolar que incluyó también a la mujer del argentino, Carol Dunlop. Más que leer la exquisita prosa de Cortázar -las líneas redactadas de su pluma son escasas en el conjunto-, “Correspondencia” (Alpha Decay) sirve de insólito testimonio a los años finales, marcados por el “declive” creativo y los problemas médicos, de uno de los escritores más atípicos, menos literarios y más imprescindibles del pasado reciente, una ventana abierta a la vida corriente de la época en que ambos (Dunlop y Cortázar) redactaron “Los Autonautas de la Cosmopista”, viajando a paso de tortuga por la autopista del Sur. Cronopio también, Carles Álvarez-Garriga lo tuvo más fácil: la misma Aurora Bernárdez, albacea del autor, le puso por delante una serie de papeles sueltos, guardados con primor y nunca antes revisados para su edición. El resultado es ese (anunciado a bombo y platillo) “Papeles inesperados” (Alfaguara), y aquellos que han seguido el discurrir editorial de la obra de Cortázar bien podrían preguntarse si no hay gato encerrado en esta “providencial” recuperación. No lo hay. Los trozos, fragmentos, capítulos y relatos aquí incluidos fueron desechados por su autor por diversos motivos -incluso sugerencias de editor mediante- a lo largo de su carrera, y en algunos de estos textos, aún cuando se consideraron prescindibles o menores, hay suficiente maravilla como para quedar alelado, sí, como un cronopio. Sucede con los relatos (algunos desconocidos, otros tiernas primeras versiones como en 'Relato con un fondo de agua') y los pedazos no incluidos en “Un tal Lucas”, que hacen reir y sollozar tanto o más que el libro tal cual se imprimió. Pero este volumen reúne papeles de todo tipo, reflexiones de la actualidad, la justicia, la literatura y juegos, prólogos, presentaciones, ponencias, artículos, incluso una extraña “entrevista” sin entrevistador para la revista Life. El lector merece un cierto respeto, y en el caso de Cortázar es que nos enseñen lo que escribió, encuentren lo que encuentren.

//Publicado en Go Magazine julio-agosto 2009//

1 comentario:

Miguel Ángel Maya dijo...

...Genial lo de la basura...
...Yo encontré en Nápoles (Nápoles y el concepto basura ya sabes que tienen una relación muy íntima) dos cajas enteras con fotografías de la misma mujer en distintas etapas de su vida: un amigo y yo nos las llevamos a casa y las estuvimos clasificando. Nos inventamos una biografía maravillosa: descubrimos sus hijos, sus nietos, sus movimientos vitales, y apostamos por las causas que habían llevado a aquel rico documento gráfico a ser basura...
...Para mí el tesoro tesoro tesoro de Cortázar es éste:
http://video.google.es/videoplay?docid=8741130362458662732&ei=8nlgSvCNNpHq-Qaa95Qi&hl=es
...Disfrútalo, es maravilloso...